25/01/2020 Montería: La Sierra
El pasado sábado nos dábamos cita en nuestro pueblo,
Jaraicejo, para cazar la última mancha de
nuestro querido Cantalgallo. El bar donde nos dimos citas fue el Bar Almonte,
donde cazadores, organizadores y perreros disfrutaron de unas buenas migas con
huevo, torreznos y chorizo. El día daba síntomas de que nos mojaríamos por lo
que el paraguas sería nuestro gran aliado.
Ambos éramos postores una vez más como cada temporada, labor
a veces confundida entre algunos ya que conlleva una responsabilidad que a
veces se nos escapa. Andrés ponía una bonita traviesa por un regato y Javier paradójicamente,
también ponía una traviesa por un regato.
Finalizado el sorteo y tras el correspondiente discurso del
presidente en ausencia de nuestro querido Agustín, las armadas irían saliendo
por orden de preferencia. A nosotros nos tocaría esperar a los últimos para no
entrar a la mancha sin estar ésta aun cerrada.
Ya colocados en el puesto, Javier dominaba un pequeño
testero tupido y un bonito regato. Andrés tras colocar su armada, más larga que
la de Javier, dominaba también un testero y un regato por donde, ojala hubiera
entrado ese gran cochino que todo ansiamos.
Con las primeras ladras tras la suelta, numerosas ciervas
iban pasando por nuestras posturas. La primera de ellas por el puesto de
Andrés, puso en alerta al cazador que tras tratarse de una cierva joven decidió
dejarla marchar.
Una vez pasado los perros, una ladra se aproximaba al puesto
de Javier que tras salirse del paraguas, una cochina se aproximaba a escasos 3
metros del puesto. Sin pensárselo porque el tiempo no lo permitía dada la velocidad
del animal, rifle a la cara y perfecto disparo dejando seco al animal. Emocionante
lance estilo conejo.
Por el puesto de Andrés también había movimiento. Tras escuchar
los lances de la traviesa vecina, una ladra se aproximaba y a deleite del
montero, unos cuernos sobresalían por encima de las jaras. Sin tiempo para
mucho, dejando cumplir al venado por el regato, éste muy tupido de helechos,
daría al cazador el tiempo suficiente para poder meterlo en el visor y de un
certero disparo, abatirlo en el sitio y a la carrera. Vaya lance a este bonito
venado de 12 puntas que pronto lucirá en nuestra bodega. Esta temporada va de
venados.
Poco a poco la montería llegaba a su fin cuando un venado
pasaba por el puesto de Javier que, por encontrarse en el viso, no pudo tirarlo
por simples cuestiones monteras de seguridad y respeto por el animal y puestos
vecinos.
Sin tiempo para mucho más, perros a los camiones y a
recoger. Día de perros por tierras monjinas donde el paraguas fue casi tanto o
más importante que el rifle.
Resultados final de 8 venados y 7 jabalíes, siendo Andrés y
Néstor capitanes generales por el venado y un bonito navajero. Cabe destacar al
amigo Carlitos, el que por fin, cumplió su sueño de abatir su primer venado y
como mandan los cánones, ser hecho novio.
Esto es la caza. Viva la caza.
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