01/11/2019 Montería: Llanos de Cantalgallo

Una vez más nos dábamos cita en nuestro pueblo, Jaraicejo, para montear una mancha querenciosa en estas fechas, los llanos de Cantalgallo, finca cuidada desde principios de verano pero que, sin explicación alguna, los resultados no acompañaron.

Monteros, organizadores y perreros se citaban a las 9:00 de la mañana en el Bar Vichi para degustar unas ricas migas, realizar el sorteo y salir a montear. Las armadas irían saliendo en orden según su necesidad, primero los cierres y por último las traviesas como mandan los cánones.

Nosotros poníamos esta vez el Cierre de la Virgen, cierre que antiguamente era traviesa ya que se cazaba también la umbría. Debe su nombre a que los dueños de la finca tienen una Virgen en lo alto del cerro la cual se encuentra mirando hacía un Cristo en el siguiente cerro.

La armada constaba de 8 puestos naturales con amplio tiradero hacia ambos lados colocándonos en el puesto número 4. El aire nos daba en la cara lo cual nos hacia pensar que pasaríamos una buena jornada montera.

Con las traviesas colocadas y tras varias detonaciones iniciales, la suelta de los perros daba el inicio de  la montería. Por nuestro puesto varias ciervas hacían acto de presencia pero aún teniendo permiso para abatir una, decidimos no tirar ninguna.

Con las primeras ladras, la montería se agitaba. Por encima nuestra, una piara de 10 cochinos sorprendía al cazador el cual sin fortuna, erró los disparos, lástima dado que dicha piara, se refugiaría fuera de la mancha sin dar opciones a los demás monteros.

Ciervas y algunos varetos hacían acto de presencia por nuestro puesto, pero sin traer consigo ningún venado, la montería corría y las oportunidades iban disminuyendo para nosotros. Por otro lado, los tiros se sucedían con cuentagotas, lo cual nos daba cosas raras que pensar.

Con el sonido de la caracola, la montería tocaba a su fin y tocaba levantar a los cazadores y ver que habían abatido. Por nuestra armada, floja como todas, se consiguieron abatir 2 venados y 3 ciervas de gestión.

Ya en el plantel, los coches con los carros iban trayendo las reses abatidas pero un murmullo de incredibilidad se adueñaba de los monteros. Los resultados no fueron los esperados a pesar de los esfuerzos durante todo el verano echando de comer camiones de fruta, alpacas de alfalfa y comederos con maíz para nuestros cochinos. Solo cabe esperar a la montería de la umbría para corroborar, si el tiempo y personas ajenas nos dejan, la buena gestión realizada durante tantos meses.

Resultado final: 16 venados (varios bastante bonitos), sólo 3 cochinos y 15 ciervas de gestión, malos resultados para una finca cuidada con mimo.

¡Viva la Caza!






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