13/10/2019 Montería: Corralejo-Ventosillas
Hoy cazábamos en la primera montería que daba nuestra Sociedad de Cazadores El Corcho, término de Jaraicejo, finca Corralejos - Ventosillas. Sin duda una montería en la que sin importar resultados, queríamos que llegase porque era la primera que dábamos y ya había ganas de ver al pueblo lleno de vida gracias a monteros de diversos lugares. No olvidemos la importancia de la caza en zonas rurales como nuestro pueblo, que debido a este deporte, de octubre a febrero cobra vida.
El sorteo se realizaba en el Bar Estefanía sobre las 9:30 en el que pudimos degustar unas buenas migas y buen café. Cabe mencionar también, que en esta montería se colocaban puestos nocturnos para evitar el escape de los cochinos.
Comenzado el sorteo, Andrés probó suerte y le tocaría un bonito puesto en el Cierre de las Ventosillas, el número 4. Sin embargo Javier, era postor y colocaba la Traviesa del Jaral la cual constaba de 4 puestos naturales.
Andrés debido a que era un cierra, se fue de los primeros y en cambio Javier, tuvo que esperar a que todos los cierres se colocasen para montar su traviesa.
El puesto de Andrés se trataba de un regato y un bonito testero en el que años anteriores se habían cobrado numerosas piezas ya que era una armada muy querenciosa lo que hacían el deleite de los monteros. Una vez colocado, rifle cargado y todo en su sitio, empecé a imaginarme posibles lances en mi cabeza para ver las posibles zonas de disparo, paso muy importante en todas las monterías para poder cerciorarnos de donde disparar sin poner en peligro a los demás compañeros, perros y perreros.
Javier por otra parte, también se había colocado ya en la traviesa. Un puestazo de testero con unas vistas extraordinarias acompañado de un regato donde imaginaba las carreras de cochinos y venados que años anteriores habían tenido lugar en ese mismo puesto.
Ya con la suelta de las rehalas, los primeros disparos se producían, lo que daba buenas señales de la montería. En el puesto de Andrés, un tropel le ponía en alerta pero un venado que iba en dirección al puesto del compañero le dejaba con la miel en los labios. En cambio, en el puesto de Javier, con la suelta de las rehalas, una ladra se aproximaba hacia el puesto. Nervios en tensión y una cochina se dejaba ver por el regato. Sin dudarlo, rifle a la cara y certero disparo. Nada mal para empezar.
La armada de Andrés, querenciosa otros años, no parecía estar teniendo suerte respeto a las demás armadas. Una cierva enraba por el puesto pero por complejidad a la hora de la recogida y por tratarse de una cierva joven, rifle al hombro y a esperar otra oportunidad. Bonita carrera me regaló en busca de un lugar más tranquilo.
Por la traviesa de Javier, una zorra nos deleitaba con su carrera por el testero. Monotiro a la cara y tras asegurar el único disparo posible, el Bergara Scout en 308 cumplió su objetivo, acabar con la vida de la raposa.
Los lances seguían sucediéndose a lo largo de la mañana pero por el puesto de Andrés no había suerte, en cambio por el de Javier, varias ladras llevaron dos cochinos a los puestos colindantes por lo que otra vez, estado de alerta máxima.
Ya finalizando la montería, una bonita cierva hizo acto de presencia pero ya con una cochina y una zorra abatida decidí dejarla ir. En cambio por el de Andrés, un venado corría por el viso sin darle ni una sola oportunidad. Mal día para el compañero.
Con el sonido de la caracola, la montería llegaba a su fin por lo que a recoger los bártulos y posteriormente las piezas abatidas.
Una vez en la Dehesa donde se encontraba la junta de carnes, el plantel lucía con 16 cochinos entre los que había 3 bonitos navajeros, 5 venados con uno bien bonito abatido cerca del puesto de Javier y 4 ciervas. Charlas entre monteros describían situaciones vividas durante la montería: Venados escapando de la mancha por las zonas aún sin cerrar y cochinos adivinando los puestos vacíos para salirse de la misma., sin duda, mucho que aprender de estos animales.
Resultados aparte, montería para deleitarse con amigos, en nuestro pueblo, en nuestra sociedad local, con nuestra gente, algo que ni el mejor de los planteles, lo podrá mejorar.
¡Viva la Caza!
Puesto de Andrés:
Puesto de Javier:
Hasta la próxima compañeros...
El sorteo se realizaba en el Bar Estefanía sobre las 9:30 en el que pudimos degustar unas buenas migas y buen café. Cabe mencionar también, que en esta montería se colocaban puestos nocturnos para evitar el escape de los cochinos.
Comenzado el sorteo, Andrés probó suerte y le tocaría un bonito puesto en el Cierre de las Ventosillas, el número 4. Sin embargo Javier, era postor y colocaba la Traviesa del Jaral la cual constaba de 4 puestos naturales.
Andrés debido a que era un cierra, se fue de los primeros y en cambio Javier, tuvo que esperar a que todos los cierres se colocasen para montar su traviesa.
El puesto de Andrés se trataba de un regato y un bonito testero en el que años anteriores se habían cobrado numerosas piezas ya que era una armada muy querenciosa lo que hacían el deleite de los monteros. Una vez colocado, rifle cargado y todo en su sitio, empecé a imaginarme posibles lances en mi cabeza para ver las posibles zonas de disparo, paso muy importante en todas las monterías para poder cerciorarnos de donde disparar sin poner en peligro a los demás compañeros, perros y perreros.
Javier por otra parte, también se había colocado ya en la traviesa. Un puestazo de testero con unas vistas extraordinarias acompañado de un regato donde imaginaba las carreras de cochinos y venados que años anteriores habían tenido lugar en ese mismo puesto.
Ya con la suelta de las rehalas, los primeros disparos se producían, lo que daba buenas señales de la montería. En el puesto de Andrés, un tropel le ponía en alerta pero un venado que iba en dirección al puesto del compañero le dejaba con la miel en los labios. En cambio, en el puesto de Javier, con la suelta de las rehalas, una ladra se aproximaba hacia el puesto. Nervios en tensión y una cochina se dejaba ver por el regato. Sin dudarlo, rifle a la cara y certero disparo. Nada mal para empezar.
La armada de Andrés, querenciosa otros años, no parecía estar teniendo suerte respeto a las demás armadas. Una cierva enraba por el puesto pero por complejidad a la hora de la recogida y por tratarse de una cierva joven, rifle al hombro y a esperar otra oportunidad. Bonita carrera me regaló en busca de un lugar más tranquilo.
Por la traviesa de Javier, una zorra nos deleitaba con su carrera por el testero. Monotiro a la cara y tras asegurar el único disparo posible, el Bergara Scout en 308 cumplió su objetivo, acabar con la vida de la raposa.
Los lances seguían sucediéndose a lo largo de la mañana pero por el puesto de Andrés no había suerte, en cambio por el de Javier, varias ladras llevaron dos cochinos a los puestos colindantes por lo que otra vez, estado de alerta máxima.
Ya finalizando la montería, una bonita cierva hizo acto de presencia pero ya con una cochina y una zorra abatida decidí dejarla ir. En cambio por el de Andrés, un venado corría por el viso sin darle ni una sola oportunidad. Mal día para el compañero.
Con el sonido de la caracola, la montería llegaba a su fin por lo que a recoger los bártulos y posteriormente las piezas abatidas.
Una vez en la Dehesa donde se encontraba la junta de carnes, el plantel lucía con 16 cochinos entre los que había 3 bonitos navajeros, 5 venados con uno bien bonito abatido cerca del puesto de Javier y 4 ciervas. Charlas entre monteros describían situaciones vividas durante la montería: Venados escapando de la mancha por las zonas aún sin cerrar y cochinos adivinando los puestos vacíos para salirse de la misma., sin duda, mucho que aprender de estos animales.
Resultados aparte, montería para deleitarse con amigos, en nuestro pueblo, en nuestra sociedad local, con nuestra gente, algo que ni el mejor de los planteles, lo podrá mejorar.
¡Viva la Caza!
Puesto de Andrés:
Puesto de Javier:
Hasta la próxima compañeros...
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