HISTORIAS DE UN CORTADERO

El domingo 22 nos dábamos cita en una nueva zona para nosotros, cazábamos en Toledo, en un pueblo llamado Navalucillos, la finca era Valtravieso y monteábamos la mancha de la hoya Vázquez. Después del viaje desde Madrid, llegamos a la junta que se realizaba en una nave muy bien acondicionada y ya en la finca. Esta vez no había migas, pero nos metimos al cuerpo un buen desayuno con huevos fritos, magreta, chorizo... Después del sorteo de una cesta navideña sorteada entre los amigos, se procedió al sorteo, poniéndonos en suerte en el número 1 un cierre en la zona de collados de la finca.  Llegamos al puesto rápidamente, hacía un aire de locos. El puesto constaba de una calleja con jaras a media altura ya, lo que iba a dificultar mucho los posibles lances sobre cochino y un bonito testero en el que albergamos muchas confianza.  Al poco de colocarnos, ya llegaron enseguida las rehalas para realizar la suelta, y la hicieron al lado de nuestro puesto, en principio, mala...

El Sábado 14 nos dábamos cita en Castilblanco (Badajoz) para montear la ya conocida por nosotros finca Navalonguilla, siempre cumplidora en cantidad y calidad de cochinos y reses.  Después de un largo viaje desde nuestra localidad, Jaraicejo, llegamos a la junta, donde como siempre, nos volvimos a encontrar con todos nuestros amigos monteros y nos comimos unas buenas migas entre risas y con el buen ambiente que caracteriza a esta orgánica. Nos tocaba montar un cierre, esta vez en solitario, sin el compañero Pedro, como acostumbramos en estas monterías. Así que, después de un rápido sorteo, salimos de los primeros al monte.  Colocamos rápidamente los puestos, algunos con impresionantes testeros, otros de calleja, otros en un regato, había de todo en la armada, pero todos preciosos. El mío abajo del todo, ya pegando al río y dominando un bonito testero, algo sucio salpicado de jaras y chaparras.  Antes de ponerme yo, ya estaban tirando los primeros puestos ...

El domingo nos dábamos cita en nuestro querido pueblo para montear la umbría de Cantalgallo, después de un puente en el que Jaraicejo cobraba vida con sus paisanos más lejanos. Sorteo a la misma hora de siempre y con las migas con huevos y torreznos como mandan los cánones seguido del buen discurso con las normas de debida observancia que nuestro compañero Agustín nos regala cada mañana. Andrés se subiría a los collados del Chico, armada en la cual, él era el postor. Javier tiraría para la traviesa de las colmenas, armada la cual nos traía buenos recuerdos ya que no hace más de tres años, pudimos hacernos con un navajero, un bonito venado, dos cochinas y una cierva. Con todas las armadas colocadas, era hora de soltar los perros que ladraban incansables en los camiones esperando su oportunidad. Tres sueltas conformaban la montería y a poco más de las 12 de la mañana, todas eran realizadas. Con las primeras ladras, los primeros tiros se sucedían y por nuestra armada un ...